ENTRE RICOS Y POBRES.

 

Fuente: banco de imágenes pexels.com

El virus no entiende de ricos o pobres. Esta frase lleva repitiéndose en mi entorno desde el inicio de la pandemia, y creí férreamente que es la única verdad absoluta que nos cobijaba. Hasta ahora.

El mundo tal y como lo conocíamos ya no es -ni creo que sea nunca más-. Sin embargo, me ronda una idea desde hace semanas. Y es que me inquieta que ese mundo que habita en mi mente sea solo eso, en mi mente. Hay gente que pasa hambre a diario, con o sin COVID. Puestos a subrayar, ahora el hambre es más latente. La situación de pobreza ha aumentado en los países que llaman del primer mundo. Pero el hambre siempre ha estado ahí, muy cerca de nosotros. En los comedores sociales, en los barrios más humildes, en padres de familia que pierden su empleo, en hijos de mujeres pocos cualificadas para un sistema laboral con titulitis….

Y hablando de mujeres, ¿en qué momento involucionamos los seres humanos dejando que un género se colocase con supremacía por encima de otro? Decía Virginia Woolf en Una habitación propia, que tenían que darse multitud de variables a favor para que una mujer se atreviese a publicar algo con su nombre. Ya no solo a publicar, simplemente a escribir. En el siglo XX era casi imposible que una mujer gozara de la suficiente independencia económica y social como para dedicar su tiempo a ello. Woolf se sentaría a llorar tras comprobar que han pasado más de noventa años y aún hay mujeres que tienen que decidir entre ser madres o profesionales.

Según el último informe de Oxfam International, la brecha salarial de género se ha mantenido en el 15% tras la pandemia. Que se ha mantenido, dice. Definitivamente el mundo tal y como lo conocí solo existía en un lugar de mi pensamiento dónde también deben de existir las hadas. La crisis del COVID no ha hecho más que supurar las heridas que ya teníamos, ha subrayado las desigualdades de género, raciales y económicas. Nos ha dejado desnudos.

Desde el inicio de la pandemia, los bolsillos más grandes del mundo han aumentado su fortuna en 3.94 billones de dólares y en tan solo nueves meses recuperaron toda su riqueza perdida. La otra cara de la moneda es que miles de millones de personas han perdido su empleo debido a la crisis económica que ha sacudido nuestro mundo. Para muchas familias, perder un ingreso supone caer en la miseria. Así lo relata este espeluznante pero necesario informe de informe de Oxfam. Ahora, los ricos son más ricos y los pobres son más pobres.

Este virus ha agravado aún más las diferencias, lo llaman ya el virus de la desigualdad y es prácticamente una certeza. No obstante, si algo tenemos que agradecer a la pandemia es precisamente esta verdad: el mundo no es tan bonito y nosotros éramos unos ilusos. El COVID nos ha hecho reflexionar, valorar lo que de verdad importa y exigir a los de arriba que tomen medidas justas para todos.

Llegados a este punto, puedo decir a boca llena que no quiero que vuelva jamás el mundo tal y como lo conocía. Quiero un mundo equitativo, más honrado, más humano y -como dijo María Jiménez- menos raro. Quiero transparencia, en las empresas y en los gobiernos, quiero sencillez en los discursos y que la clase política de la cara. Quiero que los comedores sociales se vacíen, quiero que padres y madres se encarguen de los hijos por igual. Quiero sueldos dignos, quiero empleo de calidad para aquellos que se lo merezcan, quiero un acceso a la educación sin sesgos de ningún tipo. Quiero creer en la raza humana.

Pilar de la Vega, Javier Calderón y Antonia Sajardo quisieron darnos un mensaje de esperanza e igualdad. Ahora, bajo estas humildes palabras, he querido ser yo la que transmita esta idea de optimismo y mis más fervientes deseos de mejorar el mundo.

Queda trabajo por hacer y ha de hacerse cuanto antes, por si llega otro virus que también entienda de ricos y pobres.

FUENTES

Oxfam International. (2021, enero).  El virus de la desigualdad. Oxfam International. https://www.oxfam.org/es/informes/el-virus-de-la-desigualdad

Maldonado, J. O. (2020, 10 de noviembre). Informe de Oxfam Intermón. Las empresas del Ibex repartieron más de 9.500 millones de euros entre sus accionistas durante la pandemia. Publico.es. https://www.publico.es/economia/informe-oxfam-intermon-ibex-pandemia.html

Inequality.org. (2021, 3 de febrero). Our world’s deepest pockets — «ultra high net worth individuals» — hold an astoundingly disproportionate share of global wealth. Global Inequality. https://inequality.org/facts/global-inequality/

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