Capitalismo+Sostenibilidad = $$$

Porque sostenibilidad y rentabilidad no son conceptos reñidos, porque los modelos de negocio futuros no se van a entender sino existe un paralelismo entre las siglas ESG (enviromental, social and governance) y la estrategia de la empresa y, por supuesto, porque sostenibilidad y capitalismo pueden ir de la mano.

El capitalismo no es un concepto que se mantiene estático, sino, todo lo contrario, es dinámico, evoluciona y muta. Este término ha ido reinventándose y progresando en función de las necesidades que demandaban los diferentes actores de las principales economías. Sí, es cierto que nunca ha dejado de ser un modelo económico, pero también es cierto que se ha ido transformando hacia un sistema que tiene más en cuenta el factor humano, que entiende las principales preocupaciones de las personas que conforman las diferentes sociedades actuales y en el que impera una profunda comprensión hacia los problemas más transcendentales de hoy día.

Incluso un concepto entendido desde un punto de vista puramente económico como es el de “compra inteligente” se ha reinventado para incluir términos como ético o sostenible. Claro ejemplo de como el capitalismo ha adaptado un término asociado funcionalmente al precio y calidad, desarrollándolo, yendo más allá, tratando de complementarlo con las características del nuevo consumidor. Se puede decir que la “compra inteligente” se ha modificado, adaptándose a los problemas que más preocupan al consumidor de este siglo, convirtiéndose este último en lo que ya se conoce como “consumidor responsable”.

Actualmente, la población, y más concretamente los consumidores, se han transformado en auténticos conocedores de lo que compran, existiendo incluso un proceso de compra analizado, comprendido y conocido por las marcas. Ya no valen los típicos escaparates llenos de colores bajo el rubro de “3x2” o “la 2ª unidad a mitad de precio”. No, no y mil veces no. El consumidor, también ha sufrido un proceso de transformación, relevando variables tan esenciales y decisorias como podría ser el precio o calidad a un segundo plano, ganando relevancia cuestiones tan determinantes como: ¿Será realmente este producto reciclado? ¿De verdad destinarán parte de sus ingresos a este programa? ¿Es cierto que los trabajadores fijan su propio horario? ¿Existe una fundación de esta empresa?

El desarrollo de la empresa con el entorno importa, y mucho. De hecho, se habla de cierto engagement creado entre las marcas y los consumidores en función de las políticas sostenibles, sociales o de buen gobierno que ejercen las diferentes organizaciones. En este contexto, es reseñable el cambio de paradigmas que están llevando a cabo diferentes compañías, superando el concepto de greenwashing y haciendo elenco de lo que realmente demandan los consumidores de esta etapa del capitalismo.

Por todo esto, las empresas cumplen un papel muy relevante en el avance hacia este nuevo capitalismo, desarrollándose como entes que comprenden las necesidades reales de este nuestro mundo y que no utilizan conceptos tan relevantes como sostenibilidad, ética o buen gobierno simplemente para lanzar su nuevo producto o para captar nuevos consumidores, sino, todo lo contrario, para hacer de este mundo, un mundo mejor.

Como consumidor que eres o que habrás sido en algún momento, te invito a que demandes el cambio, que te hagas preguntas realmente transcendentales, que examines y compares, y, por supuesto, que te comportes como un consumidor responsable.

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