Nadie dijo que los cambios fueran fáciles.

El cambio es algo continuo en el mundo de los negocios y de las empresas hoy en día. Con todo, existe el mito de “la mayoría de las veces, que se trabaja para un cambio, supone un fracaso”. Por desgracia, los fracasos suelen hacer más ruido que la cantidad de éxitos que se consiguen con los cambios.

Gracias al curso de “Change Management” de Harvard, compartiré tips para poder gestionar el cambio de manera adecuada.

Lo primero, NAVEGAR en el continuo cambio, como lo llama Harvard. En este punto, como líder o manager debemos ayudar a los integrantes a localizar los sentimientos y percepciones al afrontar un cambio. Así pues, se aprende a trabajar con ello y no a luchar contra ello.

La resiliencia toma un papel importante, ya que es la capacidad de recuperarse de los desafíos y es algo que debe construir cada uno consigo mismo. El estar preparado y dispuesto a aprender nuevas cosas, analizar nuestros hábitos y mejorarlos, es algo ligado al desarrollo personal de la resiliencia.

Lo segundo, INSPIRAR al equipo. Puntos para poder inspirar: oportunidades, comunicación rápida y urgente, hacer partícipe al equipo diverso. Además, el ambiente tiene un papel fundamental, por lo que hacer que los integrantes se sientan seguros para poder tomar decisiones, aunque se equivoquen es esencial. Cuando hay confianza, el compromiso, la productividad y la creatividad aumentan. Una vez que se descubra una idea o un producto nuevo, lo ideal es hacer un prototipo para acercarlo a la realidad.

A continuación, LIDERAR la iniciativa al cambio. En este punto, se debe comunicar al grupo por qué se quiere hacer el cambio, cuál es el cambio y sus propósitos y por último el alcance del mismo. El líder debe ser capaz de comunicar el cambio y de hacer partícipes a los equipos, elegidos estratégicamente, involucrados en el proceso, lo que resulta complicado en muchas ocasiones.

Hay que establecer planes, con la gente correcta y bien definidos para su correcta ejecución. De este modo, la flexibilidad y los continuos ajustes serán parte de estos planes.

Y, por último, ABORDAR LA RESISTENCIA AL CAMBIO. Es uno de los principales, ya que incluso el propio cerebro es reticente al cambio. Como líder debemos motivar al equipo, exponer todas las cosas positivas de un posible cambio, involucrarles en el proceso, fortalecer las relaciones internas. En definitiva, que se sientan parte de él.

Es algo que depende mucho de la mentalidad de las personas, y de ahí que sea algo muy complicado incluso por los prejuicios y mitos sobre esto. Por esta razón, se ha de trabajar con las emociones que siente cada uno al cambio y poder sobrepasar estas situaciones para superarse y para poder obtener resultados tanto a nivel individual como en equipo en los diferentes proyectos.

Como conclusión, el cambio siempre trae pensamientos negativos y de miedo al fracaso. Sin embargo, son muchos los proyectos y las empresas que han tenido éxito precisamente por algún cambio en concreto, por lo que es “cambiar o morir”. Hoy en día, la actualización es indispensable por la continua evolución de la sociedad y de la tecnología, debemos unirnos a todo ello y cambiar, no rendirnos.

“Nadie dijo que los cambios fueran fáciles”.

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