FLYING FREE

¿Alguna vez te has mosqueado porque una mosca se posaba en tu filete una y otra vez y no eras capaz de atraparla? Es horrible: tú querías comer tranquilamente y no habías planeado que un ejército de seres con patitas peludas te atacase sin piedad…

Y es que en cualquier momento de nuestra vida tenemos que enfrentarnos a cambios, por muy pequeños que parezcan: las situaciones inesperadas son como una mosca puñetera omnipresente en tu vida que, por más que sabes que vas a tener que enfrentarte a alguna, no sabes cuándo va a aparecer y ni por dónde vas a cogerla.

Quizás después de leer esto te quedes con la mosca detrás de la oreja pensando en cuál va a ser el próximo cambio en tu vida y si vas a tener el matamoscas a mano. Pero te pregunto, ¿qué es mejor: matar a la mosca o pensar en cerrar bien las ventanas para que no entren más? Porque como cazar insectos, gestionar cambios es un arte que se va perfeccionando con la experiencia.

Pensarás que qué mosca me ha picado, que es imposible evitar que entren moscas porque se reproducen como moscas y son muy escurridizas. Pues, querido lector, tienes razón: los bichos van a seguir entrando en tu casa y tú vas a tener que pensar en combatirlos. Hay muchas maneras de hacerlo, pero la más eficaz es dejar de fingir ser una mosquita muerta y pensar en cómo adaptarse a cada momento inesperado.

También existe la posibilidad de pensar como el enemigo: pensar como las moscas. Ellas tienen un objetivo claro y están preparadas para evitar cualquier manotazo que intente frenarlas. A veces les sale mal y terminan quemadas, aplastadas o intoxicadas: pero nunca se rinden y te persiguen hasta sacarte de quicio y conseguir lo que quieren. Nosotros, los seres humanos, tendemos a paralizarnos ante el cambio cuando lo que de verdad sería eficaz es volar conforme a él y a nuestros objetivos.

Así que la próxima vez que las moscas ronden tu comida piensa que, en realidad, sabías que iba a pasar y que hay muchas soluciones aparte de quedarte inmóvil o gritar al inocente animalito, que no te va a hacer caso. Analiza tus emociones y piensa en cómo adaptarte a todos los cambios constantes.

Y compra un repelente que se acerca el verano y vienen los mosquitos.

Ya sabes, por si las moscas.

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