La gestión de crisis ¿Una asignatura pendiente?

En estos tiempos, se podría hablar de que las crisis se han vuelto algo completamente normal en nuestro día a día. Estamos continuamente entrando y saliendo de diversas crisis, grandes, pequeñas, nacionales, mundiales, personales… La cuestión es, ¿sabemos llevar a cabo una buena gestión de crisis?

En mi opinión, la respuesta es claramente no. Todos los días nos enfrentamos a cosas para las que no estamos preparados, pero las crisis nos dan miedo, nos generan incertidumbre, y eso no nos gusta.

¿Qué son las crisis?

Al fin y al cabo, una crisis se define por ser un gran cambio, de graves consecuencias de una situación o proceso. Pero las crisis no tienen porqué ser malas, aunque en nuestro inconsciente las asociemos a ello. Siempre pueden parecer malas en un principio, pero quizá los resultados sean una abrupta mejora tras lo que había antes.

¿Más vale malo conocido que bueno por conocer?

Es una pregunta que surge mucho tras el planteamiento de una crisis. Por supuesto, la respuesta es no, aunque haya riesgo de empeorar. Siempre y cuando los beneficios obtenibles superen a los riesgos asumidos, es momento de aprovechar una crisis para salir fortalecido.

La gestión de crisis, asignatura no tan olvidada.

Remontándonos a años atrás, la gestión de las crisis no ha solido ser una asignatura olvidada, ya que siempre ha habido alguien que ha dado con una solución para conseguir salir de la misma reforzado. Porque como dijo Einstein, “Las crisis son necesarias para que la humanidad avance. Solo en momentos de crisis surgen las grandes mentes”.

Y es que es en momentos de necesidad, cuando se producen avances increíbles, debido a la necesidad de hacer más con menos.

Pero no es todo bueno en las crisis, porque siempre ocurre, que cuando surge algo nuevo y rompedor, lo viejo desaparece, “molestando” mucho, a corto plazo.

Por tanto, la gestión de crisis es algo importante, que siempre hay que tener en cuenta, mediante planes de contingencia… Pero sobre todo que hay que trabajar de manera consciente, sabiendo dónde estamos y a dónde queremos llegar. Una ayuda para la gestión de crisis

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