
83
La comunicación política como instrumento conformador de valores y actitudes (Pág. 80 a 95)
Como objetivo subsidiario obtendremos un co-
nocimiento actualizado, y de primera mano del
fenómeno, que nos permitirá abrir nuevas líneas
de investigación.
El método utilizado para la selección de las
distintas fuentes en las que se asienta la investi-
gación es el juicio personal de los investigadores
como expertos en la materia en la medida dada.
La ventaja que tiene este método es la facilidad
de acceso a una muestra amplia, y por tanto re-
presentativa y sustantiva.
Estado de la cuestión. Situación actual
1.
Conceptos: terminología
No hay una definición única, a pesar de que
tampoco los estudios son profusos en definicio-
nes, ya que la tendencia es a describir técnicas y
casos concretos a pesar de la abundante literatu-
ra sobre el tema.
Explicar la terminología que define y hace
comprensible esta materia, la Comunicación Polí-
tica, y de otras materias colindantes, es funda-
mental. Al ser un término en constante evolu-
ción, y haberse usado de modo muy ambiguo, es
necesario aclarar cuáles son las distintas formas
en que se ha denominado éste fenómeno a lo
largo del tiempo y así llegar al estado actual del
término.
Empecemos por Propaganda, un término que
ha definido tanto un sistema de desarrollo y exten-
sión de afirmaciones falsas, mentiras dirigidas a la
transformación completa de las mentes, juicios, va-
lores y acciones constituyendo un marco de referen-
cia para la falsificación sistemática (Ellul, 1965, p.
61), como la propagación de las ideas mediante las
cuales una determinada opción política trata de
ofrecer a los ciudadanos una visión de la sociedad
distinta a la de sus concurrentes (Caro, 2008, p. 9).
En este segundo sentido, se ha producido una
erosión del término que ha llevado a utilizar
como sinónimo de Propaganda el de Publicidad
Política –sin apenas signos de diferenciación–
como actividad comunicativa a través de la cual
un individuo o grupo de individuos se sirven
para difundir sus ideas y neutralizar las opuestas,
todo ello con el fin último de alcanzar el poder
o, en caso de poseerlo, de mantenerse en él
(Huici, 1994, p.97). Se podría confundir con la
Publicidad Comercial a pesar de que la Ley Gene-
ral de Publicidad de 11 de noviembre de 1988
–Artículo 2º, Apartado 1º–, señala el inequívoco
carácter comercial: Toda forma de comunicación
realizada por una persona física o jurídica, pública
o privada, en el ejercicio de una actividad comer-
cial, industrial, artesanal o profesional, con el fin
de promover de forma directa o indirecta la contra-
tación de bienes muebles o inmuebles, servicios y
obligaciones. Y también se utiliza como sinónimo
la Comunicación Política –título de nuestro artícu-
lo– que podemos definir (en su acepción primi-
genia) como uno de los tres procesos (junto con
el liderazgo político y las estructuras del grupo)
de intervención por medio del cual se movilizan
y transmiten las influencias políticas entre unas
instituciones gubernamentales y el ciudadano
votante (Nimmo y Sanders, 1981, p. 50).
Otro término también se confunde, es el de
Marketing Político, que para Benito –que lo tiene
claro hace décadas– es el uso programado de las
diversas técnicas de comunicación, publicidad
y relaciones públicas, dirigido a conseguir adhe-
siones para personas y programas políticos, sir-
viendo para el mantenimiento de la imagen de
quien está, o quiere estar, en el poder, y también
para destruir la imagen del adversario ante la
opinión pública (Benito, 1976, p.12).
Otros dos términos relativamente recientes
que también pueden crear dudas son el de Co-
adResearch_4_lib.indb 83 02/06/11 12:16