¿Tendremos una Navidad con desabastecimiento?
Comercial y Ventas | Artículo-
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- Diciembre 2021
- Fecha de publicación
- Diciembre 2021
- Comercial y Ventas
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Profesor de grado y posgrado en ESIC y CEO en Logispyme. Experto en logística y supply chain management.
En estos últimos tiempos, siento que el área del conocimiento al que he dedicado mi vida profesional está adquiriendo cada día más importancia; los términos de logística y la cadena de suministro han pasado a estar de manera habitual en los medios de comunicación de masas y a ser utilizados normalmente por la mayoría de las personas.
De hecho, en este post la idea es analizar por qué se ha generado en estos últimos meses una cierta preocupación de que se produzca desabastecimiento de mercancías en los momentos de ventas máximas que vamos a comenzar a vivir, como son el Black Friday y la campaña de Navidad, y también preocupa la subida del precio de los productos a consecuencia del incremento de los fletes que hemos sufrido en los últimos meses.
Empecemos por analizar las razones que han llevado al aumento del precio de los fletes y a los retrasos en las entregas por parte de los proveedores asiáticos:
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La pandemia de covid-19. Cómo no empezar con algo que nos ha cambiado la vida desde marzo del 2020. La aparición de la pandemia ha generado diversas incidencias en las cadenas de suministro:
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La caída del consumo en el inicio de la pandemia, que llevó a que fábricas y medios de transporte fundamentalmente marítimo viesen reducida su demanda.
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El cierre que han sufrido los puertos chinos en momentos determinados como consecuencia de la aparición de casos de covid-19 en ellos, lo cual paralizaba la mercancía en el puerto.
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La bajada en el nivel de producción de las fábricas en China y el resto de países asiáticos por el cumplimiento de los protocolos covid-19 establecidos por los Gobiernos de cada país.
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El crecimiento de la demanda. A partir de mediados del 2020, finalizada la primera ola del coronavirus y el periodo de confinamiento inicial que vivimos, se produce un crecimiento del consumo, sobre todo en Estados Unidos y Europa, debido al incremento del ahorro de los hogares en esa época. La demanda crece y las empresas que habían ajustado su oferta tienen un cierto miedo a equilibrar la oferta con la demanda, con el correspondiente incremento de precios y la potencial rotura de stocks en las cadenas de suministro.
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La descompensación del flujo de los contenedores en el comercio internacional por quedarse muchos contenedores parados en diferentes áreas sin volver a los lugares en los que eran necesarios para poder cargar en ellos mercancías.
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La dependencia de la zona asiática en lo que se refiere al aprovisionamiento de productos y por tanto al transporte marítimo.
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La producción de componentes y productos terminados ha pasado a realizase de manera fundamental en los últimos años en China y otros países asiáticos debido a su coste.
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El transporte marítimo es el tipo de transporte principal en el comercio internacional, tanto por el número de contenedores que se puede mover en un único viaje (20.000 contenedores en algunos barcos frente a 50 contenedores en un transporte por ferrocarril desde China) como por los retrasos que se generan ante cualquier incidente como el bloqueo del buque Ever Given en el Canal de Suez.
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La dificultad de ajustes de las cadenas de suministro a la hora de dimensionar recursos que requieren de periodos elevados de tiempo para su construcción y puesta en marcha, como fábricas, almacenes, etc.
Como consecuencia de estos y algún otro factor más específico de algunos sectores de actividad, han empezado a oírse estas dos ideas principales:
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Aumentará el precio de los productos. La subida de precios que vamos a sufrir como consumidores debería ser puntual por el crecimiento de los precios de los fletes y no debería mantenerse en el tiempo salvo que exista algún otro tipo de razones ocultas.
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Habrá desabastecimiento. La falta de productos en los lineales de las tiendas se dará seguramente en los productos estrella de la campaña, como viene ocurriendo de manera habitual casi siempre, pero esto no significa que vayamos a encontrar lineales vacíos en las tiendas.
Cuáles son las soluciones que las empresas deben empezar a poner en marcha para que esta situación no se repita:
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Diseñar cadenas de suministro no tan dependientes de Asia. Definir cadenas de suministro más locales, teniendo en cuenta que el carácter local debemos considerarlo hoy como de la Unión Europea.
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Mejorar los procesos de planificación de las cadenas de suministro con una información que puedan compartir todos sus actores para optimizar las necesidades de recursos en todos y cada uno de los procesos operativos.
Y, como gran conclusión, se debe dar a la logística y la gestión de la cadena de suministro el peso necesario dentro de la empresa, pues por mucho que no paremos de hablar de digitalización no podemos olvidar que:
La economía digital, en el momento en que es necesario el movimiento de productos, necesita la logística y las cadenas de suministro como pegamento con el consumidor.
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