El valor del tiempo.

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Tengo muchas virtudes, pero la gestión del tiempo no es una de ellas. Mi impuntualidad y mi capacidad de procrastinarlo todo hablan por sí solos. Es algo que con el paso de los años he intentado mejorar, pero al no obtener resultados convincentes opté por aceptar como una característica definitoria más. Me he hecho la idea de que forma parte de mi ADN.

No han sido pocas las veces que esta “característica” me ha metido en algún lio, desde perder trenes a llegar tarde a reuniones importantes de trabajo. La última vez que llegué tarde a una presentación, sentencié yo misma los resultados puesto que de haber llegado con más tiempo, podría haber detectado las carencias de materiales que luego tuvieron relación directa con como se percibió la profesionalidad de la proyección. Un desastre evitable, del que me arrepiento profundamente.

Pero como dicen que de todo se aprende, elegí hacer este Harvard ManageMentor: Time Management precisamente para mejorar este aspecto, que lejos de aceptar como mío, creo que debo cambiar. Durante la realización del curso he podido profundizar en el uso de algunas herramientas que yo ya utilizaba, aunque sin éxito. Lo importante no es el qué, si no el cómo.

En primer lugar, si tengo que identificar cuál es mi pico de productividad lo tengo claro: soy búho. Mi creatividad se duplica cuando toda la casa está en silencio, no hay distracciones a pie de calle y la luz de mi habitación es tenue y acogedora. Los mejores ensayos los he escrito a horas imprudentes, pero lejos de luchar contra esta gran verdad, tengo que aceptar que mi energía es más fuerte cuando todo el mundo duerme. Soy capaz de quedarme hasta el amanecer porque observo como mis resultados son mucho mejores y eso me motiva a continuar con la tarea. Así pues, usaré mi pico biológico para trabajar incluso en equipo, estableciendo las directrices sobres las que puede trabajar el grupo al día siguiente. Se trata de conocer el propio ciclo biológico y protegerlo, no pelear con uno mismo para cambiarlo.

En segundo lugar, he aprendido a controlar las distracciones. Lo reconozco, me distrae una mosca. Más aún esa mosca tecnológica que emite notificaciones a cada instante. Siempre encuentro algo en lo que perderme, un post que leer o una publicación que compartir. Esto tiene mucho que ver con por qué soy más productiva de noche y es que a esas horas la gente duerme, por lo que mis interacciones no obtendrán respuesta. No obstante, y como saben los que han trabajado conmigo, si tengo que concentrar todos mis esfuerzos en una tarea, suelo apagar mi móvil. Así evito tentaciones.

Por otro lado, y para aumentar mi productividad, suelo escuchar música jazz o bosa nova. En efecto, la elijo sin letra porque me distraería y tendría a cantarla. Estudios realizados indican que la música afinada a 432 Hz disminuye el ritmo cardiaco y llena nuestra mente de bienestar, aumentado nuestra concentración (Relax Melodies Blog, 2020). Mi suerte es que existan innumerables pistas de jazz en YouTube a esa frecuencia.

En referencia a las herramientas que he aprendido a usar estratégicamente para mejorar mi productividad, subrayaré dos:

En primer lugar, el uso eficaz y eficiente de la herramienta calendario. Tengo agenda, weekly planner, calendario mensual en papel, calendario en iCloud y Google calendar. Pierdo más tiempo en planificar que en hacer. A partir de hora, usaré solo una de estas magnificas herramientas para planificarme evitando así la parálisis por el análisis.

En segundo lugar, he aprendido que lo que yo pensaba que era una virtud, es en realidad un defecto que me hace perder el enfoque. Ser multitarea desemboca en una pérdida de tiempo siendo más propensa a errores. Priorizaré las tareas importantes y probaré a no perder el enfoque olvidando momentáneamente las to do list.

Por último, en cuanto a la construcción de hábitos que ayuden a mejorar la productividad, diré que me encuentro en el buen camino. A través de la actividad física y la incorporación de prácticas de meditación como el mindfulness encuentro tiempo para regalarme, cultivando mi bienestar mental y físico. Esto me permite ser mucho más constante en mis tareas puesto que mi estado mental es mucho más positivo cuando me dispongo a hacerlas. Ya lo dijo Juvenal en su obra Sátira X:


“Mens sana in corpore sano”


(Sátira X, línea 356)

En conclusión, a través de las herramientas aprendidas gracias al Harvard ManageMentor estableceré mi plan de acción que asegure una productividad mucho mayor. Como suele decirse: el tiempo es el bien más preciado que tenemos y habremos de usarlo en consecuencia.

Bibliografía

Junio Juvenal, Décimo (siglo II d.c.). D. IVNI IVVENALIS SATVRA X. Obtenido de http://www.thelatinlibrary.com/juvenal/10.shtml

Relax Melodies Blog. (9 de diciembre de 2020). Relax Melodies Blog. Obtenido de La ciencia de las frecuencias Solfeggio: https://www.relaxmelodies.com/es/blog/la-ciencia-de-las-frecuencias-solfeggio/

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