Toma de decisiones. ¿Jugamos?

El llamado arte de la toma de decisiones es un arte que se lleva tratando desde hace miles de años. Desde estrategas como Sun Tzu ha habido miles de expertos, cursos y formas diferentes de tomar una decisión.

Cuando Adam Smith propuso la teoría de la mano invisible, en la que, si todos los agentes de una economía buscaban su propio beneficio, el beneficio general crecería, eso era lo que todo el mundo creía. Todas las decisiones se tomaban buscando maximizar el beneficio propio y es que, antropológicamente, se pensaba que estábamos predeterminados para ello.

Pero llegado un momento, apareció la teoría de juegos, en la que grandes autores como John Nash demostraron que éramos capaces de mejorar nuestros resultados a través de la cooperación.

John Nash estudió cómo mediante la cooperación podíamos hacer una toma de decisiones mucho mejor. Mediante supuestos diferentes como el dilema del prisionero, podemos ver que esto es totalmente cierto, y que la toma de decisiones no es de uno solo, si hay varias personas implicadas.

El dilema del prisionero

El dilema del prisionero es uno de los mejores supuestos para explicar cómo funciona la teoría de juegos y la toma de decisiones:

El supuesto consiste en que hay dos ladrones que han sido apresados y están en salas separadas. En función de la decisión que tome cada uno, las penas serán diferentes.

Como vemos en esta matriz de toma de decisiones, si uno de los dos confiesa y el otro no, uno pasará tres años en prisión y el otro 7. Si ambos buscan su propio beneficio lo que harán es confesar ambos, por lo que pasarán 3 años en prisión. Pero si cooperan y buscan un beneficio común, no confesarán, por lo que ambos irán un año a prisión. Lo lógico para los dos sería confesar, ya que no irían ninguno a la cárcel. Pero como es lo lógico para ambos, ambos acabarían confesando e irían tres años a prisión.

En mi opinión, esto nos muestra que debemos hacer una toma de decisiones racional, y tener en cuenta a todos los agentes que forman parte de la decisión. Ya que podemos conseguir un resultado mejor si lo hacemos de una manera correcta.

La nueva toma de decisiones

A lo largo de los años, la toma de decisiones ha ido cambiando, así como quién las toma.

Ahora se tiene mucho más en cuenta a todas las partes que intervienen, la recogida de información es mucho más intensa… Se ha conseguido una mejora en la toma de decisiones, también por el hecho de la aparición de nuevas corrientes de estudio.

Y es que antes, la toma de decisiones en una empresa estaba reservada a la dirección. Ahora, sin embargo, se tiene en cuenta a toda la organización, por lo que es mucho más fácil aportar nuevas perspectivas, verlo desde diferentes ángulos… Pero, sobre todo, como se suele decir, cuatro ojos ven mas que dos.

Esto se refiere a que problemas que se le pueden pasar por alto a una persona, es menos probable que se les pase a varias. Con lo que se consigue una mejor toma de decisiones y una mejor consecución de objetivos, lo que en definitiva es el objetivo de cualquiera, tanto empresas como personas.

Miles de formas de hacer una buena toma de decisiones

En la actualidad se han desarrollado muchas formas de tomar decisiones, en grupo, en solitario… Pero lo importante de ello es el objetivo a conseguir, y aunque en muchos casos la responsabilidad recaiga sobre el líder o el responsable del equipo, este debe tener en cuenta muchos factores.

Como aprendimos en la experiencia en clase con pilotos de F-18: no existe equipo sin líder, pero tampoco puede existir un líder sin equipo

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