Gestionar una crisis

En la vida, en la historia, en la empresa, en las relaciones, prácticamente en todos los aspectos que nos rodean, existen alternancias entre épocas de estabilidad y de crisis. En concreto, a nivel económico miramos al pasado y observamos diferentes momentos durante el siglo XX que marcaron un antes y un después (Crack del 29, la recesión posguerra mundial, crisis del petróleo que desencadeno una guerra…).

Una crisis es una situación incómoda, intensa, difícil y en numerosas ocasiones dolorosa. Entonces, es necesario saber gestionar todos estos inputs para poder salir adelante. Para ello es necesario un trabajo en equipo y un esfuerzo por parte de todos los involucrados. Sin embargo, antes de afrontar una crisis, lo lógico y más beneficioso será poder evitarla. “Más vale prevenir que curar”.

Prevenir y solventar la crisis

Para poder evitar o por lo menos minimizar los daños que puede ocasionar una crisis en la empresa es necesario un conocimiento profundo de los riesgos que se asumen. Es importante tener un control mínimo y una información sobre dichos riesgos. Compartir dicha información con los trabajadores para poder minimizarlos. Analizar la información y actuar en consecuencia para evitar una situación de crisis.

Si no se ha podido evitar esta crisis toca hacerle frente, aprender de los errores cometidos y desarrollar nuestra capacidad de resiliencia.

El ámbito empresarial, como cualquier ámbito de la vida, hemos visto que no escapa a este ciclo de bonanza y crisis. Dicho lo cual, es necesario aprender a gestionar los momentos de crisis en la empresa y en la vida en general. Si no se ha podido evitar el problema, es necesario saber cómo reaccionar ante la situación. Un buen directivo se caracteriza (entre otras cosas) por:

-La toma de acciones rápidas y decisivas.

-La comunicación en todo momento, gestión de las incertidumbres y tener en cuenta diferentes puntos de vista.

-Conectar con diferentes miembros del equipo, gestionar el estrés y asignar roles determinados.

-Capacidad de resiliencia, aprendizaje y adaptación al nuevo entorno.

Cuando existe una crisis dentro de una empresa, es necesario ser transparente, una buena comunicación entre departamentos y miembros involucrados. Ser honesto e intentar unificar y crear un sentimiento de pertenencia para “remar en la misma dirección”, desde el CEO hasta el becario. Delegar y saber confiar en los miembros de tu equipo es un factor indispensable que ahorra tiempo, crucial a la hora de resolver un contencioso.

Deja un comentario