¿Conoces cómo funciona tu cuerpo? ¿Rindes más por las mañanas o por las noches? ¿Existen horas en las que sientes que no has avanzado absolutamente nada? ¿No consigues alcanzar los objetivos diarios? ¿El estrés le dificulta realizar las tareas propuestas?
La gestión del tiempo nos da la respuesta a estas preguntas, identificándose como aquella decisión deliberada para la distribución del tiempo. Cuando se realiza una correcta administración del tiempo, el estrés disminuye, la productividad aumenta y, por ende, la felicidad también.
Es necesario para saber de que manera podemos ser más productivos, tratar de conocernos antes, identificando cómo funciona nuestro reloj biológico para así dividir las tareas en función de la relevancia de estas, abordando las tareas rutinarias en las horas valle, es decir, aquellas horas donde se produzca una menor concentración o simplemente, en las que se sienta más cansado. En sentido contrario, se deben realizar las tareas que se consideren más relevantes cuando se alcance una de las horas pico de su reloj biológico, en las cuales se desarrolla la mayor potencialidad de una persona.
En este contexto, se recomienda confeccionar una lista de tareas a realizar para un día concreto, clasificándolas en relación con diferentes variables, como, por ejemplo: la importancia en el ámbito estratégico, proximidad de vencimiento o misión que le haga sentir más realizado. A continuación, determine los objetivos que desea alcanzar, complementándolos con algún tipo de “premio” o “recompensa” que le anime a la consecución de estos, le ayudará a abordarlos de una manera más feliz y eficaz.
Una llamada, un mensaje de WhatsApp, un correo de una promoción en Uber Eats, un mensaje de tu compañía telefónica, una notificación de Spotify y un sinfín de distracciones más, tratan de luchar por captar nuestra atención. Y si, es normal o incluso sano desconcentrarse de vez en cuando, dando paso al procesamiento de información, la imaginación o simplemente la desconexión. Actualmente, la información recibida a través de los píxeles ha superado a cualquier época anterior, teniendo que realizar un gran esfuerzo para conseguir concentrarse.
En medio de esta guerra de información, cuyo objetivo final es la conquista de nuestra atención, se debe ser consciente de cuales son los obstáculos o principales fuentes de distracción que nos detienen o nos separan del cumplimiento de nuestro objetivo. Enviando un mensaje o contestando un correo, se envía un estímulo positivo a nuestro cerebro, aumentando la adicción a realizar tareas breves e irrelevantes. Por tanto, le invito a realizar la “dieta digital” cuando pretenda realizar alguna labor de las descritas en este post, guardando el teléfono móvil en un cajón, cerrando las pestañas sobrantes o incluso, desactivando las notificaciones, evitando así caer en tentaciones que hagan malgastar su tiempo.
El denominado “multitasking” o en castellano, más conocido como la realización de diferentes tareas al mismo tiempo, es un concepto adquirido del sector tecnológico y mal conceptualizado en cuanto a personas se refiere, ya que en la mayoría de los casos lo que se hace (sobretodo cuando una de las tareas requiere un pensamiento crítico o intelectual elevado) es alternar tareas, aumentando el tiempo de realización de estas y disminuyendo la calidad final. Para evitar mezclar o rotar tareas de forma rápida y sin ningún sentido, se aboga por la confección de una lista de tareas a abordar (Ejemplo: tabla 1), complementando tareas de mayor peso o relevancia con tareas de menor transcendencia o tiempo de realización, facilitando el intercalo de estas cuando tenga un bloqueo u obstáculo en la realización de las primeras (las de mayor peso o relevancia).
| Tareas de más de 15 minutos | Tareas de menos de 15 minutos |
| Realizar Proyecto “Innovación” | Estirarse |
| Responder correo Gerardo | Ordenar escritorio |
| Actualizar agenda | Dar enhorabuena a Eduardo |
| Reunión zoom con Alberto | Hacer lista de compra semanal |
Finalmente, es acertado realizar algún tipo de estrategia en cuanto a gestión del tiempo se refiere, sobretodo teniendo en cuenta el panorama actual, donde reina el dinamismo y la capacidad de cambio y adaptación es requisito sine qua non.
Porque si amas la vida, no malgastes el tiempo, pues el tiempo es el bien de que esta hecha la vida. –Benjamin Franklin