¿Realmente podemos llegar a considerar una comunidad global que nos abarca y define a todos? O, teniendo en cuenta todo lo que nos distancia unos de otros: ¿Sería posible hablar de “divergentes” en la estructura social que hemos ido creando a lo largo de los años?
Me resulta realmente complicado siquiera asimilar las vidas de una persona que vive en una ciudad como pudiera ser Madrid, con familia, hogar, puesto de trabajo y unas preocupaciones de lo más banales; con otra que no vive, sobrevive, en Siria teniendo a cargo a cuatro bocas que alimentar, viviendo en una suerte de casa y con la incógnita de saber si mañana tendrá suficiente para poder seguir a delante.
No todos tenemos el mismo punto de partida, las mismas metas a las que poder aspirar ni mucho menos los instrumentos necesarios para ello.
A lo largo de los años, las noticias que nos llegan no dejan de poner en evidencia este tipo de situaciones que lejos de ir en detrimento van suponiendo una polarización cada vez más acusada de la desigualdad que llevamos por bandera.
Uno de los acontecimientos más recientes ha sido la crisis sanitaria de la COVID-19 que ha puesto en jaque a toda la población mundial sin excepción. Todas las comunidades han puesto en funcionamiento la totalidad de medios de los que disponían para remediar o al menos aliviar la situación que se estaba viviendo y, aunque los resultados han sido devastadores de una forma generalizada, las comunidades más vulnerables han sido, nuevamente, las peor paradas.
No tenían medios, no tenían recursos.
Se ha puesto en evidencia, una vez más, el desconsiderado desnivel que acusa principalmente al área económica; lo que en la sociedad de hoy en día supone la base del castillo de naipes para todas las demás parcelas del sistema.
ODS 10, NADIE SE QUEDA ATRÁS.
Haciendo un breve repaso por el “causa-efecto” que concierne la enorme envergadura del concepto de desigualdad, puedo hacer alusión a la falta de oportunidades, discriminación entre los distintos grupos de individuos, nivel de vulnerabilidad de estos… Como principales agentes causantes; y a situaciones como la extrema pobreza, atraso en el progreso económico, desnutrición y alta mortalidad, y un incansable etcétera referente a los efectos.
Pues bien, la ONU a través de la estandarización de una serie de objetivos denominados ODS, ha establecido entre ellos la reducción de la desigualdad de ingresos y oportunidades entre países y dentro de ellos, conocido éste como ODS 10.
Las miras están puestas en la reducción de la desigualdad de ingresos en algunos países y el estatus comercial preferente que beneficia a los países de bajos ingresos. Se trata de llevar a cabo proyectos que permitan reducir los niveles de pobreza que azotan a los países más desfavorecidos a nivel mundial, de una real inclusión que llegue a todos los niveles (político, social y económico principalmente) de todos los individuos y por supuesto de fomentar redes de cooperación con aquellas regiones del planeta que se vean más necesitadas de este impulso.