Pacto social es un concepto que fue definido en el siglo XVIII por el pensador Jean-Jacques Rousseau, como un acuerdo entre los miembros de un grupo determinado.
Sus cláusulas recogen los derechos que se les deben garantizar y las normas morales que deben cumplir.
Tras el paso de las últimas crisis que han afectado a España, los ciudadanos nos enfrentamos cada día a alarmantes problemas como
la pobreza, los desahucios, la corrupción, y la falta de principios mínimos como la igualdad, solidaridad y humanidad.
Existe clara evidencia de que necesitamos un nuevo contrato social que detenga estos problemas y garantice derechos a nuestra sociedad. Derechos como, el derecho a la vivienda, a la alimentación o al trabajo.
Es cierto que, la crisis de la Covid-19 ha incrementado la urgencia de un nuevo contrato social, sin embargo, España ya tenía ciertas grietas anteriormente, que, ahora se han agravado.
Algunas de ellas son dos de los grandes pilares del estado de bienestar: la educación y el trabajo, los cuales se deben mejorar con el nuevo contrato social.
Pese a todos los problemas que se piensa que existen en la educación de un país, del principal es culpable el escenario político actual en ese momento. No es justo, ni mucho menos, tiene sentido, que debido a la inestabilidad política haya cambios de programas educativos. Ni tampoco que, a día de hoy, la enseñanza no esté unificada a nivel nacional.
Sin embargo, la educación va más allá de eso. Enseñar buenos comportamientos es otra de las bases de la educación, algo de lo que carece, en general, la clase política en España.
La pandemia ha vuelto a poner de manifiesto que su principal preocupación son los votos de los ciudadanos.
En otras palabras, ni con una pandemia, los líderes han sido capaces de dejar a un lado su ansia de derrocar al que está al mando en ese momento, de dialogar, hablar o escuchar.
Aún más, según diversos estudios, los españoles consideran que el principal problema que existe permanentemente en España es la política, diversificada. Entre otros, en el mal comportamiento de los políticos, la inestabilidad política o los extremismos, siendo el primero de estos el mayoritario.
Por otro lado, tenemos el trabajo. Recordemos que el trabajo es un derecho.
Diversos estudios afirman que, los jóvenes actualmente perciben generalmente salarios más bajos que sus antepasados, y la duración de sus contratos laborales es menor. Es decir, ha habido un deterioro de las condiciones laborales en comparación a cualquier tiempo pasado.
El nuevo contrato social deberá atenuar la emergencia social de la juventud acerca de la precariedad laboral o la inquietante tasa de desempleo a la que se enfrentan. Se necesita un nuevo libro de reglas del juego que ayude a la juventud española.
En conclusión, un de las iniciativas que puede promover un progreso social y poner rumbo hacia el estado de bienestar de la sociedad, es, sin duda, un nuevo pacto social.