El protagonismo de la sostenibilidad ha aumentado en el debate social, político y económico, especialmente desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo en 2015. El compromiso gubernamental se ha trasladado, como no podía ser de otro modo, a las distintas esferas sociales, buscando la implicación de todos para conseguir afrontar los desafíos señalados en la Agenda 2030.