En infinidad de ocasiones observamos organizaciones, marcas y productos que fracasan, bien de forma repentina o por la llegada del final de su ciclo de vida. El entorno, los consumidores y demás agentes externos pueden interferir en la estrategia empresarial para cambiar las reglas del juego. Lo más importante, estar preparado y reaccionar. Existen muchos casos a lo largo de la historia reciente de marcas que resurgen de sus cenizas, aplicando pequeños cambios estratégicos a sus mecanismos para llegar al mercado con nuevas, o viejas, propuestas que alcanzan el éxito.
A principios de este año 2020, cuando no podíamos ni imaginar el impacto social y económico del COVID19, aun nos esforzábamos en recuperarnos del duro golpe sufrido tras la crisis financiera de 2008.
En unos meses, hemos visto como la pandemia de covid-19 ha acelerado los movimientos de cambio dentro de muchas empresas y sectores. Como contrapartida, lamentablemente, ha habido otros muchos que han sufrido un duro golpe. Hay varias conclusiones, pero una de las que se imponen es que la digitalización y la adaptación son críticas para afrontar el futuro. Mantener la competitividad en un mundo tan cambiante exigirá nuevos aprendizajes y nuevas estrategias.
La transformación tecnológica y digital lleva años provocando cambios de gran calado en el ámbito de la Publicidad y la Comunicación. Este proceso de transformación ha sido acelerado por la crisis del COVID-19 que ha golpeado duramente en el plano social, económico y empresarial.