El ecosistema emprendedor español está en plena efervescencia. Para algunos, es una enorme burbuja y para otros, una actividad necesaria que todavía tiene que crecer, madurar y profesionalizarse. La crisis, los sectores tradicionales de inversión, la volatilidad de la bolsa, las escasas oportunidades de trabajo, la tecnología, los servicios en la nube, los cambios de hábito de los consumidores, la creación de nuevos modelos de negocio... son solo una muestra de lo que ha propiciado el nacimiento del ecosistema emprendedor.
Hay muchas empresas que no saben lo que es una planificación de medios tradicionales. Empresas que, por haber nacido ya en una cultura digital, por ser nativas digitales, por la juventud de sus creadores, socios o inversores, sólo entienden el desarrollo de la misma desde las redes sociales, la publicidad display, la creación de contenidos o el posicionamiento en buscadores.
A estas alturas del año, la mayoría de la población mundial conoce en mayor o menor grado que Facebook pretende lanzar su propia criptomoneda —libra—, a la que, por cierto, ha bautizado con el mismo nombre de pila que la libra esterlina, la moneda de curso legal que, estando en uso, presume de ser la más antigua en la historia del sistema monetario.
Es la era del dato. Tenemos datos de todas las clases, formas y colores. Se han desarrollado tecnologías para almacenarlos sin tener problemas de volumen, velocidad o diversidad. ¿Qué hacemos con ellos ahora? Queremos analizarlos, entenderlos, predecirlos, y sobre todo sacar valor de ellos, que nos ayuden a optimizar y a tomar decisiones. ¿Cómo lo hacemos?