En España han fallecido ya más de 28.200 personas y se han confirmado cerca de 250.000 positivos por la COVID-19.
Sabemos, sin embargo, que los efectos de la pandemia van mucho más allá de las cifras de enfermos y fallecidos: la generalización de nuevas fórmulas de trabajo y contratación; la adaptación a la convivencia en esta nueva realidad; la necesidad de distanciamiento social y medidas de prevención; el augurio de una fuerte crisis económica a nivel mundial; la incertidumbre personal y laboral que todo esto genera; o el temor a nuevos rebrotes que vuelvan a confinar a parte o a toda la población, son solo algunos de los desafíos y preocupaciones asociados a la catástrofe que venimos atravesando en los últimos meses.
Como consecuencia, en una situación sin precedentes, se ha previsto que cerca de un 10% de la población, especialmente la más vulnerable, desarrolle algún tipo de problema psicológico. Síntomas como ansiedad y estrés, depresión, problemas de sueño y, en los casos más graves, estrés postraumático son solo algunas de las repercusiones psicológicas directas e indirectas que parte de la población va a experimentar a corto, medio y largo plazo.
Nos encontramos, por lo tanto, frente a una situación altamente estresante que supone un reto de adaptación que exige poner en marcha diferentes recursos.
En este seminario, trataremos de comprender qué favorece la aparición de estos y otros síntomas, aprender a identificar cuándo deben preocuparnos y sugerir algunas estrategias para prevenir y afrontar aspectos psicológicos derivados de la situación generada por la COVID-19 que pueden afectarnos a nivel personal y profesional.