Profesora de ESIC. Formadora en ‘soft skills’, coach personal y ejecutivo. Creadora consciente.
Queda claro que estamos viviendo una situación altamente retadora en muchos sentidos. Se habla de un cambio de paradigma donde nada va a continuar igual, donde es necesaria una metamorfosis no solo en el modo en que funcionan las cosas, sino también en nuestra capacidad de gestión y reinvención. La pandemia de covid-19 ha puesto de manifiesto que nada es tan sólido como para permanecer inalterable y ha provocado una fuerte sacudida internacional, pero también una conmoción en cada uno de nosotros a nivel más personal. No hay opción: debemos cambiar.
Sentirse realizado o satisfecho laboralmente en un mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) requiere de una reflexión personal donde hay una serie de elementos en juego. Como en una partida de ajedrez, todas las piezas deben ser valoradas y atendidas aunque alguna pueda tener más o menos peso o incluso ser sacrificada en un momento determinado para lograr el equilibrio deseado.
El silencio es la crisálida que te permite salir de tu vida de gusano, es la posibilidad de cambio a tu banal existencia, es el fiel amigo que te cuida y vela por tu bienestar, es la entrada a tu universo infinito como creador de tu existencia, es la generosidad de escuchar antes de hablar, es el cocido de las respuestas sabias. Sí, todo eso es silencio.