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Aplicaciones de geolocalización, una cuestión de confianza

Aplicaciones de geolocalización, una cuestión de confianza

Marketing y Comunicación | Artículo
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  • Enero 2018
_ESIC Business & Marketing School

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ESIC Business & Marketing School.

Si echamos un ojo a los ajustes de nuestro smartphone encontraremos un listado de todas aquellas aplicaciones que utilizan la geolocalización para ofrecer una función de utilidad para nosotros como clientes consumidores del producto o la marca.

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Algunas de estas funciones son más obvias que otras. Como por ejemplo las aplicaciones de mapas y de navegación, que utilizan la geolocalización no sólo para ubicarnos en determinada latitud y longitud, sino también a través del sensor GPS y la brújula, para indicarnos nuestra velocidad y dirección.
Las aplicaciones que utilizan la geolocalización para ofrecernos contenido basado en nuestra ubicación también abundan en nuestros dispositivos móviles. Twitter o Snapchat por ejemplo registran nuestra localización siempre que sea posible para mostrarnos publicidad ajustada a nuestro contexto e intereses. En estas plataformas los anunciantes pueden añadir a la segmentación de su campaña el criterio de ubicación geográfica.
Aunque también hay usos menos evidentes que potencialmente pueden vulnerar nuestra intimidad o el derecho a desvelarla o no según el momento y nuestra voluntad. Cuando Apple puso en marcha su App Store se establecieron mecanismos de revisión de aplicaciones móviles, entre otras cosas para contrarrestar estos usos que atentan contra la privacidad de los usuarios.
Siguiendo las recomendaciones, normas y restricciones técnicas al respecto tanto de Apple como de Google, las aplicaciones que descargamos e instalamos, previo consentimiento del usuario, pueden consultar la geolocalización con diversos propósitos si éstos están justificados. Siempre que nos preocupe o nos inquiete qué uso le están dando estas aplicaciones a la geolocalización debemos dirigirnos a sus términos y condiciones de uso y leerlos con detenimiento.
Sin embargo, estos mecanismos de protección no son infalibles. Hace algunos meses Uber, el conocido servicio de transporte privado, modificó su App para que consultara la localización del usuario hasta 5 minutos después de que finalizara el trayecto. La aplicación de Uber y otras similares necesitan saber nuestra geolocalización en el momento de pedir el transporte para que el conductor nos pueda recoger en el lugar exacto. Pero al finalizar el trayecto se mantiene la localización activa durante 5 minutos, según Uber. Para cumplir con las reglas de Apple, la aplicación explica de forma muy genérica para qué necesita la geolocalización siempre activada y cómo podemos desactivarla.
Las críticas aparecieron porque no está claro cómo ayuda a mejorar el servicio de Uber esta función y porque no hay alternativa. Técnicamente, para esta aplicación no existe ese límite de 5 minutos. Tampoco está restringida la obtención de nuestra ubicación en cualquier momento antes o después de la recogida. Si queremos que la aplicación no haga un uso de la geolocalización fuera de lo estrictamente necesario, o bien la desactivamos por completo con lo que deja de ser útil o bien aceptamos que puede acceder a nuestra ubicación en cualquier momento.
Este es un ejemplo de que el problema principal con la geolocalización es de confianza y en general lo es con cualquier otro aspecto de las relaciones virtuales que establecemos con el consumidor. Debemos ser muy concretos y específicos sobre el uso que le vamos a dar cuando pedimos a nuestros clientes información sensible, ya sea su localización u otros datos personales. Y debemos aportar un valor claro al usuario sin pretender ocultar o enmascarar nuestras verdaderas intenciones.
Las aplicaciones de geolocalización no son malas por sí mismas. Y tampoco tiene por qué ser malo el propósito de esas Apps. Pero tenemos que generar confianza y para ello es imprescindible comunicar mucho y bien.
El Curso Especializado en Mobile App Marketing de ESIC ofrece a los profesionales la posibilidad de conocer estos y otros aspectos del entorno de las aplicaciones móviles y de su uso comercial. 

 

 



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