En los últimos años, hemos sido testigos de la explosión de la inteligencia artificial generativa. Herramientas como ChatGPT o Midjourney han pasado de ser una novedad a convertirse en un asistente cotidiano para muchos profesionales del marketing. Sin embargo, su carácter generalista a menudo choca con una necesidad fundamental: la especialización y la voz de marca.
Todo gran proyecto, negocio o aplicación se sustenta en la información. Al principio, puede que baste con una simple hoja de cálculo, pero, a medida que los datos crecen en volumen y complejidad, el desorden se convierte en un obstáculo. El paso fundamental para transformar ese caos en un activo potente y organizado es construir una estructura sólida desde sus cimientos, un proceso que te permitirá gestionar, consultar y ampliar la información de manera eficiente. Por eso existen las bases de datos.
En un mundo digital donde la inmediatez no es una ventaja sino una expectativa, los formularios de contacto y los largos tiempos de espera por email se han convertido en barreras para el crecimiento. Los clientes de hoy buscan respuestas instantáneas, soluciones personalizadas y una comunicación fluida. Es en este contexto donde el marketing conversacional emerge como la estrategia indispensable para conectar con las audiencias de una manera más humana y eficaz.
Comprender que todo producto tiene un ciclo de vida es fundamental para cualquier estrategia de marketing y ventas.